lunes, 29 de septiembre de 2008

La fantasia del Harén. Parte II



Muchas civilizaciones antiguas tuvieron harenes. En Grecia los llamaban gineceos. Los últimos harenes, los que realmente usaron este término, son los de los Sultanes y Bajás (1) del Imperio Otomano.

El harén consistió en un lugar en el que residían las concubinas oficiales del señor, así como las mujeres que éste tenía a su servicio. La función de las concubinas era la de darle hijos al señor mientras que las mujeres a su servicio estaban para divertirle, ofreciéndole música, danza o sexo.

Pero el harén no era solo un lugar exclusivo para el placer, sino todo un complejo mundo de educación. Para ilustrar mejor este tema, les recomiendo que vean la película “El último harén”, del director turco Ferzan Ozpetek. Entenderán lo que era un verdadero Harem: otra cultura, otras costumbres y toda una tradición.

Así pues, en contraposición a la idea de que las bailarinas orientales eran mujeres sin formación ni cultura, mientras más conocimiento de la música, el canto, la oratoria o la poesía desplegasen, mas agradaban a sus propietarios, convirtiéndose en la preferida con más beneficios.

El mito de Sherezade

Pertenece a la obra literaria Las mil y una noches. Sus cuentos pasaron de generación en generación gracias a la tradición popular oral. Su personaje principal, Sherezade, se convirtió en el modelo de mujer que luchaba por el deseo de ser libre, ya que a través de cada historia muestra lo incontrolables que son las mujeres del harén y lo absurdo de la sumisión femenina.
A propósito de ellas, en una entrevista reciente, la famosa escritora Fatema Mernissi(2) afirma que "las mujeres han sido siempre una invencible fuerza subversiva dentro de la psique musulmana, incluso encarceladas en el harén…”.

Un ejemplo fiel de la fuerza subversiva femenina dentro del Islam, lo representan las actuales bailarinas egipcias. Les cuento una anécdota difícil de creer: En mi primera visita a Egipto, pude constatar que entre las 1500 0 2000 asistentes al evento solo dos o tres eran egipcias. Yo me quede tal cual como condorito, pues no podía entenderlo. La danza árabe en Egipto y otros países árabes es un gran tabú.
Estando en latitudes árabes mis amigos me invitan a cenar y a pasear por algunos lugares emblemáticos. Por supuesto, las mujeres iban vestidas con velo, con el cabello y el cuello cubiertos. Cuando les pregunté la razón de llevar tal velo, respondieron que era por respeto y religión. Así, el hombre oriental, a través de la religión musulmana ha logrado controlar en cierta medida a sus mujeres. Digo en cierta medida, puesto que para mi, las mejores bailarinas de danza árabe son las egipcias, las mas expresivas, sueltas y emocionales que he tenido la oportunidad de ver.

Te preguntarás: ¿Por qué el mundo islámico quiere encerrar a la mujer, por qué esta obsesión con el velo y el harén?

El harén ha sido, es y será un código. En el harén no existe la idea del espacio público, porque el espacio está dividido entre dos: el de las mujeres y el de los hombres. Si las mujeres llegaran a salir del espacio doméstico (quitarse el velo) forzarían a las sociedades árabes y musulmanas a enfrentarse a la idea del espacio público.

A lo largo de la historia, la sumisión de las mujeres musulmanas, se ha ejercido a través del control ideológico, a través de la religión, la filosofía y la literatura.
El Islam es una religión que regula “idealmente” toda la vida de sus fieles: sus relaciones con Dios, con otras personas, lo privado, lo público, el reparto de la herencia, la higiene, las transacciones económicas, y hasta las relaciones entre mujer y marido.

Pero... ¿Sabías que el velo y el harén no son originariamente islámicos?

En el Corán, el velo era para guardar la modestia de las mujeres y como protección para no ser molestadas. Actualmente su uso está desigualmente extendido según cada país árabe y la significación de su uso también es diferente, pasando desde la imposición en el caso de los integristas a una opción voluntaria de las mujeres, como expresión de su fe y de su sumisión a Dios, como símbolo de identidad de grupo o de rechazo a la modernidad importada.

(1) Título originalmente usado en el Imperio Otomano y se aplica a hombres que ostentan algún mando superior en el ejército o en alguna demarcación territorial. Habitualmente equivale a gobernador, general o almirante, según el contexto.
(2) Escritora de famosos libros como… Sexo, ideología e Islam 1975, El harén político: el profeta y las mujeres, 1987, Sultanas olvidadas 1990 [hay una edición española en El Aleph Editores, 1996], Marruecos a través de las mujeres 1991[6ª edición española de ediciones del oriente y del mediterráneo, 2007], El hilo de Penélope 2004, El miedo a la modernidad: islam y democracia [ediciones del oriente y del mediterráneo, 2007], Aixa y el hijo del rey o ¿quién puede más el hombre o la mujer? [Ediciones del oriente y del mediterráneo, 1990], Sueños en el Umbral: Memorias de una niña del harén (El Aleph Editores, 1996), La mujer en la otra orilla.


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Desiré Ruda
Bellydancer Profesional
Danza del Vientre
academia@templodediosas.com

1 comentario:

Lilith dijo...

el harem era donde vivian las ancianas, las que ya no eran fertiles por la menopausia, era un lugar a donde mandaban a las mujeres cuando ya no eran fertiles, hermosas, jovenes.

El serrallo es donde vivian las jovenes, las fertiles,